Un Palacio con muchas "vidas"
Hoy visitamos el palacio de Madrid en el cual posiblemente se hayan celebrado más “bailes”, en el cual hayan tenido lugar el mayor número de transacciones comerciales, por donde la mayor variedad de obras de arte puedan pasar, y en donde los niños seguramente se lo pasen mejor.
Nos referimos al Palacio de Manuel Gaviria Alcoba, II Marqués de Gaviria y I Conde de Buena Esperanza, más conocido como Palacio de Gaviria, situado en la calle del Arenal nº 9.
Don Manuel fue un influyente hombre de negocios; nacido en Sevilla en 1794, era hijo Manuel Gaviria Donza Romero, un importante ganadero de toros bravos que obtuvo en 1840 el título nobiliario de Marqués de Casa Gaviria; es en 1852 cuando ese título pasa a Manuel Gaviria Alcoba pero ya como Marqués de Gaviria.
Muy relacionado con la Corona ocupó diversos puestos en la Tesorería del Ministerio de Hacienda. En 1835 fue designado tesorero de la Real Casa y Patrimonio de Su Majestad y desde 1835 hasta 1840 fue el encargado de la “Caja del real bolsillo secreto” de la reina María Cristina. Estos cargos le permitieron establecer relaciones comerciales con la Casa Rothschild (importante familia banquera de origen suizo).
Entre otras distinciones fue Caballero de la Orden de Carlos III, honor que le fue concedido por Isabel II. Y entre sus muchas actividades empresariales participó junto a otros grandes empresarios, como el Marqués de Salamanca, en la creación del Banco de Isabel II, fundado en 1844, y del cual fue vicepresidente.
Llegó a ser regidor del Ayuntamiento de Madrid.
Una persona de tanta notoriedad no podía hacer otra cosa que levantar un palacio donde mostrar su poder y en una de las mejores zonas del Madrid de entonces. Y así en 1846 le encarga al arquitecto Aníbal Álvarez Bouquel que levante un palacio en el solar sobre el que había estado anteriormente el palacio del Duque de Arcos y Maqueda, en la calle del Arenal, un lugar muy acorde con su posición al encontrarse entre la Puerta del Sol y el Palacio Real.
Su diseño sigue las mismas lineas que los palacios italianos renacentistas como el Farnese en Roma; y su interior fue bellamente decorado, destacando las pinturas de Joaquín Espalter y Rull (autor también de la decoración pictórica del Paraninfo de la Universidad Complutense), como por ejemplo las de la Escalera de Honor, cuyas pinturas del techo están dedicadas al dios Mercurio.
El palacio fue inaugurado en 1851 por la reina Isabel II con un baile en el Salón de los Espejos, cuya decoración también es obra de Joaquín Espalter, en este caso dedicada a los Reyes Católicos.
Otra de las estancias decoradas por Espalter es la Capilla.
El edificio está organizado alrededor de dos patios, y la estructura original del mismo se mantuvo hasta que en 1917 cuando el nuevo propietario, el Conde de Revilla, encargó al arquitecto Luis Sainz de los Terreros una redistribución de la planta baja y principal, entre los nuevos espacios creados está el denominado Patio Andaluz. En 1953 se le añade una nueva planta con locales para alquilar.
Durante la Guerra Civil fue cuartel republicano, y luego albergó la Comisaría de Abastecimientos y Transportes, organismo de la Administración del Estado creado en 1939. Posteriormente la planta noble estuvo ocupada por el Centro Asturiano de Madrid hasta 1986, y entre 1991 y 2011 por la discoteca Palacio Gaviria. Los locales de las dos plantas superiores durante muchos años fueron ocupadas principalmente por tiendas de decomisos.
En 2017 empieza a funcionar como centro de exposiciones.
Las estancias de la planta noble conservan aún gran parte de sus pinturas y decoración, a pesar del tiempo transcurrido, y aunque necesitan una gran restauración en muchos casos hacen de este uno de los palacios más interesantes que hoy en día podemos ver en Madrid.
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