Un búnker en medio de un jardín histórico
Quien podría pensar que en medio de uno de los jardines más bonitos de Madrid, los Jardines de El Capricho (los cuales podéis visitar en aquí), se sitúa algo único en Madrid, un búnker; pero mejor empecemos con algo de historia.
El 27 de febrero de 1937 se crea el denominado Ejercito de Centro que unificaba las Fuerzas de Defensa de Madrid y el anterior Ejercito de Centro republicano, y se le otorga el mando al general José Miaja Menant. Ese mismo año, un mes después, se da la orden de acometer las obras necesarias para instalar el Cuartel General del Ejercito de Centro en la zona de la Alameda de Osuna, y trasladar el Puesto de Mando del nuevo ejercito desde los sótanos del edificio sede del Ministerio de Hacienda, que se conocía como “Posición Japón”, hasta el nuevo destino.
El nuevo emplazamiento elegido fueron los Jardines de El Capricho en la Alameda de Osuna, lugar que sería denominado “Posición Jaca”, y los motivos de la elección fueron: la situación estratégica del lugar fuera del centro de la ciudad, la situación próxima al aeropuerto de Barajas, la comunicación directa con Alcalá de Henares donde había acuartelados carros de combate y había otro aeródromo, y el estar en el camino de Madrid a Alcalá, lo que permitía tener comunicación directa con el anterior Puesto de Mando, ya que simultanearon durante un tiempo funciones.
El 5 de agosto de 1937 se ordena el traslado del Puesto de Mando a su nueva posición, el cual se instaló en el Palacio de los Duques de Osuna.
Dentro de las obras acometidas para albergar el Cuartel General del Ejercito de Centro se encontraba la construcción de un búnker, que pudiera resistir tanto bombardeos como ataque químicos, para albergar el Puesto de Mando en caso de necesidad, y hoy entramos en el.
Una vez atravesada una de las puertas de entrada situadas cerca del palacio nos encontramos con una escalera compuesta por 57 escalones en dos tramos, que desciende hasta los 15 metros de profundidad, los tramos de la escalera se sitúan de forma perpendicular para facilitar un posible ataque y también reducir el efecto de un bombardeo. Esta escalera es simétrica a otra que desciende desde la otra puerta de entrada que se encuentra a pocos metros. La instalación inferior, de unos 2.000 metros cuadrados de superficie, está fabricada en hormigón armado y con un techo de un metro de espesor, para poder aguantar los posibles bombardeos.
Para acceder al interior del búnker debemos de atravesar una primer puerta metálica, de estilo a las de los submarinos, hermética, que da acceso a una primera sección del pasillo central principal; a lo largo de este pasillo se encuentran una serie de dependencias actualmente vacías, entre ellas un cuarto de baño, del cual hoy solo quedan las marcas de donde se situaban la ducha y el resto de mobiliario.
No queda ninguna de las puertas de madera que debían de cerrar las dependencias, aunque si los marcos de las mismas; estas dependencias se distribuyen de manera alterna, para que no quede ninguna puerta enfrente de la del otro lado del pasillo. Aparte del pasillo central existen dos pasillos laterales, a los cuales no se puede acceder.
El búnker nunca fue usado, y ha servido de escenario para varias películas de cine, como recuerdo de alguna de ellas una de las salas permanece pintada de negro (aunque se ha intentado volver a ponerla en su color original, no se ha conseguido).
En el exterior del búnker y sobre el podemos ver varias chimeneas que sirven para suministrar aire al interior del mismo, entre otras cosas.
Aparte de las entradas por la zona de palacio, hay otras dos, una situada en el propio jardín a la cual se accede desde la escalera que hay al final del pasillo central, y la otra ya fuera de El Capricho, en la calle Rambla.
El búnker abrió al publico en mayo del año 2016, actualmente existen visitas guiadas organizadas por el ayuntamiento.
Visita virtual incluida en nuestra sección “Desde mi ventana”
Fuentes y más información
- Libro “Posición Jaca – La Alameda de Osuna durante la Guerra Civil” de María Isabel Pérez Hernández