Un superviviente en la Castellana
Situado en el nº 3 del Paseo de la Castellana, el Palacio de Villamejor es uno de los pocos palacios que aún se mantienen en pie en esta zona, en su día poblada por más de medio centenar. Hoy en día es la sede del Ministerio de Política Territorial, y gracias a las jornadas de puertas abiertas organizadas durante la Semana de la Administración Abierta tuvimos la oportunidad de visitarlo y conocer su historia. Y hoy os lo mostramos.
La historia del palacio de Villamejor
A finales del siglo XIX la zona del Paseo de la Castellana (Paseo de la Fuente Castellana en su día, hasta que la fuente se trasladó y hoy en día la podemos ver en la zona de Madrid Río) fue una de las zonas de “ensanchamiento” de la ciudad. En lo que fueran terrenos de la huerta de Loinaz fueron levantándose palacetes y “hotelitos” donde la ostentación del dinero estaba a la orden del día.
Una buena parte de esa finca fue adquirida en la segunda mitad del siglo XIX por la empresa francesa Parent Schaken y Compañia, que realizó la segregación y parcelación de la misma. En el solar donde hoy está el Palacio de Villamejor se levantó el edificio del Gran Panorama Nacional (edificio para exponer reproducciones de paisajes y monumentos españoles a gran tamaño, obra de Severiano Sainz de Lastra), una espectacular obra construida en hierro en 1881, pero el espectáculo no tuvo mucho éxito y quebró a los pocos años.
Don Ignacio de Figueroa y Mendieta, empresario y político, hijo del industrial minero Luis Figueroa, y esposo de Ana de Torres y Romo, marquesa de Villamejor y vizcondesa de Irueste, vivía en 1885 en la zona antigua de Madrid, y decidió, al igual que muchos otras fortunas, trasladar su residencia al Paseo de la Castellana, para lo cual adquirió en 1885 en subasta pública el terreno donde se encontraba el Gran Panorama Nacional.
Las obras del palacio empezaron en 1887, y no acabaron hasta 1893. El maestro de obras José Purkiss firmó los planos del proyecto inicial, aunque también se menciona a Pascual Herráiz y Silo, arquitecto de cabecera del marqués de Villamejor en el certificado de terminación.
En 1906 el palacio fue adquirido por don Carlos de Borbón y Borbón, cuñado de Alfonso XIII, y a partir de 1914 el palacio se convierte en la sede de la Presidencia del Consejo de Ministros después de que don Carlos vendiera al estado el palacio por 1.900.000 pesetas. El primero consejo se celebró el 12 de noviembre de 1914 bajo la Presidencia de Eduardo Dato.
En 1977 se decide trasladar la Presidencia del Gobierno por razones de seguridad al Palacio de la Moncloa, desde ese momento y hasta 1980, momento en el cual pasa a ser sede del Ministerio de Administraciones Públicas, ocuparon sus dependencias varios ministerios.
El palacio
En un principio el estilo del palacio fue eclecticista historicista, de estilo neoclásico. A lo largo de su historia sufrió varias reformas: cuando pasó a manos del gobierno en 1914 por parte de José Espelius y Anduaga, en 1955 por parte de Diego Méndez, y posteriormente en 1975.
La planta del edificio es rectangular en torno a un patio, y la fachada está realizada en ladrillo y piedra. Para acceder al palacio existen dos entradas, la principal, en el paseo de la Castellana, y la secundaria en la calle Alcalá Galiano.
En la planta baja se sitúan las zonas principales del edificio, como el salón de baile (hoy salón de visitas); en la primera y segunda planta podemos encontrar las zonas privadas del palacio (hoy salas de reuniones y despachos); en el sótano debían de estar las cocinas (hoy ocupada por el archivo). Como curiosidad, en el hueco de la escalera principal podemos encontrar un ascensor, que en la época del marqués de Villamejor era hidráulico y que fue sustituido por uno eléctrico con Carlos de Borbón y Borbón.
Iniciamos nuestro recorrido por el palacio en el vestíbulo principal, en su día Salón de Baile, seguramente la sala más espectacular. En uno de sus lados podemos encontrar una serie de ventanales que dan hacia un patio interior; en el opuesto, una serie de grandes espejos, el mayor sobre una chimenea de mármol blanco que preside la sala; y colgando del techo tres grandes lámparas, de gas en su día, hoy eléctricas. Como curiosidad en esta sala se instaló la capilla ardiente de Carrero Blanco el día 20 de diciembre.
Desde el vestíbulo accedemos a la Sala de Retratos, antiguo Salón de Música, donde podemos destacar las pinturas de su techo, obra de Manuel Arroyo, que representan en su escena central a la musa Euterpe con una flauta, y en las escenas laterales una serie de niños (o angelitos) con una partitura y tocando instrumentos, todo en clara alegoría a la música.
Decorando las paredes, gran parte de los retratos de los presidentes del Consejo de Ministros.
Al otro lado del vestíbulo principal se encuentra el acceso a un despacho, antigua Sala de la Primavera, en referencia a la decoración de su techo, también obra de Manuel Arroyo, en el cual no pudimos realizar ninguna fotografía por temas de seguridad.
Del vestíbulo principal acedemos a un pequeño distribuidor donde se encuentra la escalera principal del palacio, enmarcada por dos columnas jónicas y situada en un discreto segundo plano al contrario de lo que era habitual. En el hueco de la misma un ascensor, como hemos dicho, en su día hidráulico y posteriormente eléctrico.
Por dicha escalera accedemos a la zona en su día privada del palacio. Destacamos en esta planta la Sala de Tapices; esta estancia fue la elegida para la celebración de los Consejos de Ministros y está decorada con tapices del Palacio de El Pardo y muebles y lámparas de los palacios de La Granja y Riofrío; esta decoración junto con una reforma previa se realizó al inicio de la II Republica.
A lo largo de esta primera planta recorremos pasillos y algunos despachos, y podemos ver otra serie de cuadros que representan a los presidentes que ejercieron su cargo en este palacio, así como a los ministros de Administraciones Públicas.
El patio interior
Unos meses después de haber realizado la visita al palacio de Villamejor realizamos una visita a la sede de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson de Madrid, contigua al palacio y situada en el que fuera un palacete del siglo XIX, y desde la cual pudimos contemplar las terrazas interiores del palacio, donde destacan sus balaustradas y columnas de forja.
Terminamos nuestra visita
Finalizamos nuestra visita al Palacio de Villamejor no sin agradecer al personal del ministerio toda la atención recibida, las facilidades para la visita, y cómo no, que nos permitieran realizar fotografías en su interior, algo complicado en las sedes de otros ministerios (y en este también, ya que en nuestra primera visita no nos dejaron hacerlas).
Salud para todos.
Fuentes y más información