Edificio Metrópolis

Uno de los mejores "modelos" de Madrid

Si tenemos que elegir los edificios más emblemáticos de Madrid seguramente uno de los más selecccionados será el que hoy vamos a “visitar”. Localizado entre la calle Alcalá y Caballero de Gracia su rotonda es uno de los elementos arquitectónicos más fotografiados de la Villa, y más teniendo en cuenta su situación al inicio de la Gran Vía, eso si, sin pertenecer a ella.

El edificio de La Unión y el Fénix, empresa para la que fue construido, fue levantado entre 1907 y 1910 sobre el solar que dejó el derribo de la llamada “casa del ataúd”, que cayó bajo la piqueta durante las obras de la Gran Vía.
Para su construcción se convocó un concurso internacional entre arquitectos españoles y franceses que finalmente fue ganado por Jules y Reymond Fevrier, aunque quien ejecutó la obra fue el español Luis Esteve.
Fue inaugurado el sábado 21 de enero de 1911 y fue uno de los primeros edificios madrileños construidos en hormigón.

El edificio paso a manos de la Compañía Metrópolis en 1972 y uno de los cambios más importantes que se produjo fue el cambio del grupo escultórico de la Unión y el Fénix que remataba la cúpula, por una Victoria alada obra de Federico Coullaut. La escultura retirada paso a formar parte de los adornos del jardín del edificio de la Mutua Madrileña en el Paseo de la Castellana.

Cuando la contemplamos lo primero que llama la atención es su cúpula de pizarra con elementos decorativos dorados y rematada por la citada Victoria Alada, debajo de la misma varias obras escultóricas, entre ellas algunas creadas por Mariano Benlliure, adornan una fachada de un estilo neorrenacentista con columnas corintias a lo largo de la misma.

Tenemos que reconocer que delante de esta fachada maravillosa más de una vez nos hemos preguntado como sería por dentro, y por fin este año obtuvimos la respuesta. Durante cuatro días de junio las oficinas de la empresa propietaria estuvieron abiertas al público debido a la subasta del mobiliario y elementos ornamentales que en ellas había, durante esos días se pudo pasear por los despachos, salas…. y poder ver desde el interior la calle Alcalá y la Gran Vía.

Queremos destacar su escalera, una pequeña maravilla de estilo modernista, iluminada por una serie de ventanales adornados por vidrieras de la casa Maumejean.

Y subiendo por esa escalera acabamos en la terraza del edificio, donde podemos contemplar muy de cerca su “famosa” cúpula.

Finalizamos nuestra visita desde este lugar privilegiado, mientras contemplamos a la Victoria Alada preparada para salir volando al cielo de Madrid, y a los madrileños paseando y en muchos casos mirándose a los pies sin saber lo que se guarda en las alturas.