La estación "fantasma"
El 17 de octubre de 1919 se inauguraba la primera linea del Metro de Madrid, en ese momento “Compañía del Metropolitano Alfonso XIII”, que abrió al público unos días más tarde, el 31 de octubre de ese mismo año. Esa primera linea, denominada inicialmente Línea Norte-Sur (y que hoy forma parte de la Linea 1), contaba de ocho estaciones: Sol, Red de San Luis (hoy Gran Vía), Hospicio (hoy Tribunal), Bilbao, Chamberí (hoy clausurada), Martínez Campos (hoy Iglesia), Ríos Rosas y Cuatro Caminos.
Y hoy, en año del centenario de esa inauguración, hemos decidido realizar un pequeño “salto en el tiempo” de una manera tan fácil como “tomando el Metro”; dentro del denominado “Andén 0”, que agrupa a los museos suburbanos del Metro de Madrid, nos vamos a visitar la estación de Chamberí.
Esta estación, como hemos comentado, era una de las ocho estaciones que componían la primera línea de Metro, que fue inaugurada en 1919, pero que debido al aumento de la longitud de los trenes y al no poderse ampliar la estación fue calusurada al público, siendo su cierre definitivo el 22 de mayo de 1966. En el año 2008 fue restaurada y recuperada como parte de “Andén 0”.
La estación se conserva prácticamente igual que el día de su cierre, por lo que podemos pasear por un lugar congelado en el tiempo, y casi sentirnos como si viajáramos en el metro de hace 60 años, porque, aunque no paren, siguen pasando por las vías de la estación los trenes que se dirigen desde la estación de Iglesia hasta la de Bilbao (y viceversa), y de ahí le viene su sobrenombre de “La estación fantasma“.
El diseño de estas primeras estaciones de metro se lo debemos a Antonio Palacios, así como el logotipo de la empresa. Lo primero que nos llama la atención de esta estación y sus pasillos son los azulejos que cubren todas las paredes, incluyendo los anuncios que podemos ver en el andén, azulejos que en otras estaciones han sido cubiertos y no pueden ser contemplados. Este mismo recubrimiento con cerámica se puede observar muy bien en el antiguo vestíbulo de la estación de Pacífico, de la que os hablaremos otro día.
Comentarios aparte merecen los anuncios, como hemos dicho realizados en cerámica, unas pequeñas maravillas que en la mayoría de los casos se conservan en perfecto estado. El brillante blanco, el enmarcado en azul, los tonos dorados… sinceramente unas verdaderas obras de arte.
Nosotros hemos realizado la visita a este lugar tan especial varias veces, y recomendamos realizarla, tanto de forma libre o en una visita guiada. En las últimas visitas pudimos comprobar que se habían restaurado (o sustituido, no lo sabemos) varios elementos, entre ellos algunos de los carteles del vestíbulo, que creemos han perdido parte de su “originalidad”.
Para conocer más:
Me trae bello recuerdo de mi niñez e incluso mi adolescencia. Viví en Cuatro Caminos y trabajé en la calle Trafalgar, por lo que he utilizado con frecuencia esta estación. Eran preciosos esos anuncios en azulejos, como los de algunas fabricas como Espumosos EL GALLO que estaba cerca de esta estación, en la calle Cardenal Cisneros.
Muchas gracias Jacinto por sus comentarios. La verdad que es una pena que se hayan perdido casi todos esos anuncios que eran en si mismos pequeñas obras de arte.