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Siguiendo el viaje del cuerpo de San Isidro
La capilla del Obispo de Plasencia, cuyo nombre real es capilla de Santa María y San Juan de Letrán, fue levantada entre 1520 y 1535, para albergar los restos mortales de san Isidro Labrador, donde permaneció hasta 1544, aunque esto último parece ser que no es del todo seguro.
Aunque la construcción de esta capilla responde a una iniciativa de Francisco de Vargas, fue su hijo, Gutierre de Carvajal y Vargas, obispo de Plasencia (Cáceres) (de ahí el nombre de Capilla del Obispo), a quien se debe la renovación completa de la capilla y su uso como panteón familiar de los Vargas. Allí están enterrados sus padres y el propio obispo.
La pieza principal de esta capilla es el retablo del altar mayor, magnífica obra de Francisco Giralte, a cuyos lados podemos ver los sepulcros de los padres del obispo, y en el lateral que da a la iglesia de San Andrés el sepulcro del propio obispo, otra obra magnífica. Aparte podemos destacar las puertas de acceso a la capilla.
Nuestra primera visita a esta Capilla la realizamos en el año 2015, y desde entonces hemos vuelto varias veces, finalmente este año 2019 hemos decidido renovar las fotografías y la panorámica porque creemos que el lugar lo merece.
La visita a la capilla se puede hacer de dos formas, guiada, acudiendo a las visitas que se organizan por el Museo de la Catedral de la Almudena, o antes de las celebraciones litúrgicas que se realizan en la capilla, por las Hermanitas del Cordero, a cuyas misas cantadas también animamos a acudir.